… sus muchos pecados le son perdonados, porque amo mucho… – Lucas 7,47
Por muchos tiempo, lei muchisimas veces este capitulo y en especifico este versiculo. Fueron muchas veces mi inquietud el desear verdaderamente entenderle. Hasta que un dia, meditando con mi esposo en La Palabra, el pudo hacerme comprenderle y una revelacion, una de las mas hermosas que he podido experimentar vino a mi vida.
No se si ya conoces al Señor Jesucristo como el unico en tu vida, El cual dicta y te guia y tu le obedeces hasta la tilde de Su Palabra. Lo que si te puedo decir, es que yo y toda mi casa, un dia decidimos hacerlo y convertirlo en nuestro Salvador. El que limpio todo pecado de nuestras vidas y el que nos ama incondicionalmente a pesar de nuestra situacion en la que El nos encontro.
Recuerdo haber trabajo unos años en una clinica en el area de enfermeria, en donde los casos que se trataban eran unicamente de accidentes laborales. Al principio se me hacia muy dificil poder lidiar con los pacientes, pues se presentaban casos de todas las edades, jovenes, muy jovenes, mujeres en gestacion, adultos y ancianos, ya que era una area de labor agronomo.
Cuando sufrian de heridas que tenian que ser tratadas de inmediato, se curaban, se tomaban todas las medidas y asi con el tiempo se les citaba para darles un seguimiento y poder observar la mejoria y progreso de tales.
Ya para ese entonces, mi relacion con cada uno de ellos era bastante estrecha. Algunos llegaban a la casa a visitarnos como agradecimiento, llevandonos frutas y verduras, otras veces ibamos a visitarles mi esposo y yo para poder sustentarles en alguna necesidad y otros simplemente llegaban a visitar a su enfermera para darle un estrecho abrazo. Era verdaderamente una bendicion el poder asistirles y convivir con ellos.
Para ese tiempo, sus heridas ya estaban cicatrizadas y sanas. Ya habia una sonrisa en sus rostros en vez de lagrimas. Ya no habia dolor, solo agradecimiento. Asi igual pasa con nosotros.
“Podemos llevar marcas de los pecados del pasado, pero esos pecados, de los que nos hemos arrepentido y que ya pusimos delante de Jesus para que los perdonara, pueden dejar marcas hermosas.
La Belleza de la Santidad: Algunas personas, despues de haber probado la amargura del pecado, ahora lo detestan. Odian el mal y aman la rectitud.
La Belleza de la Humildad: Otros, al comprender lo lejos que se encontraban (Romanos 3,23), tienen un corazon tierno hacia los demas. Se muestran comprensivos, compasivos y bondadosos cuando otros fracasan.
La Belleza del Amor: El perdon gratuito y completo de los pecados lleva a tener intimidad con Aquel que ha mostrado misericordia. Tales pecadores aman mucho porque mucho se les ha perdano. (Lucas 7,47)”
ORACION: Oro para que este dia, el Espiritu Santo pueda traer conviccion a nuestros corazones de nuestro estado pecaminoso y asi poder guiarnos al Dios Hijo Jesucristo, habriendo nuestro corazon y aceptarlo como nuestra unica Verdad a seguir, dejandonos amar y ser limpiados, logrando sacar toda amargura, falta de perdon, falta de obediencia hacia Dios y asi un dia podamos ver, todas eras heridas, sanas, limpias y cuidadas por El, para que podamos tener esa santidad, esa humildad y sobre todo el Amor de Dios en nuestras vidas y asi llevar una relacion intimima, mostrandole a otros a ese Jesus en todo lo que pensemos, digamos o hagamos, para darle gloria a Quien todo se la merece. En el precioso nombre de Jesucristo. Amen.
MUJER TU SI PUEDES